Entonces puedes sentir que los ojos ven a más larga distancia, que el paisaje es más extenso, que se respira más profundo, que se es capaz de hacer silencio. Redescubrirse siempre será una feliz experiencia, y mantener el pasadizo abierto hacia la propia esencia es vital para interpretar mejor lo que susurran, y a veces gritan, los sentidos.
La intuición es ahora la protagonista. Dicen que jamás falla. En ella confío sin recelo y, de su mano, hacia allá voy...
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