enero 22, 2016

... Y salí

Seis meses sin dejarme salir. Sin conectar pensamientos y letras, sin que mis emociones tuvieran verbo. Demasiado tiempo. La inspiración revoloteaba no una, sino cientos de veces, como seduciéndome para que viniera aunque fuese un rato, pero la vorágine me atrapó y no tuve el carácter para darle un parado. La bulla y la algarabía crónica del 2015 me dejaron exhausta. No veía la hora de comenzar la página en blanco que recibimos cada primero de enero, porque ya sabía, lo había decretado, que este sería un año de sosiego.

Hoy pude venir, y espero poder hacerlo con la frecuencia que necesito. No importa que sea una esquina polvorienta, abandonada y en donde hable y se oiga solo mi eco. Mis gentiles visitantes seguro que ya hasta la olvidaron. Lo que me sigue dando placer es darme rienda suelta en estos párrafos. Son mi droga, mi calma y mi fortuna.

Y yo que pensé que hoy escribiría puras notas sostenidas de alegría, y así dar inicio a mi regreso. Pero que curioso… lo que me siento es nostálgica. Hasta con ganas de pedirme perdón por haberme alejado de mí misma. Porque es que, desde que me conozco, esta es la única forma de conexión conmigo que ha existido. Pero estoy perdonada. Punto y aparte.

No puedo dejar de lado mi propósito original para este primer post de esta nueva etapa de La esquina azul. Además de mi juramento casi sacro de venir con más frecuencia, es que desde hace algunas semanas he estado pensando en cuál sería mi palabra mantra para este año. Todas las que desfilaron por mi mente fueron maravillosas, pero creo que mi escogencia está hecha. Como el verbo crea, y del verbo me gusta más su forma escrita, tenía que dejarla aquí: Florecimiento.

Comencé mi vida en Canadá como una semilla caribeña que debió adaptarse a tierras frías. Y lo logré. Y comencé a echar mis raíces, y rompí la superficie para hacerme paso porque crecía y crecía con mucha fuerza. Y mi troco fue sólido y firme, y mis ramas muy numerosas, y mis hojas me cubrieron toda. El más frondoso, verde y perfecto follaje. Ahora siento que estoy lista para florecer y dar frutos. Y eso es lo que va a pasar en este 2016. Porque dar es lo que siento ganas de hacer. Aportar, crear, concebir y compartir para seguir creciendo.

Y con este post en donde salió de todo como en botica, me despido de ti hoy, mi extrañada esquina.

6 comentarios:

  1. No está nada mal tu mantra, sobre todo en tu caso y como enfocas el significado. Me alegra mucho verte de nuevo en tu esquina, por aquí vendré siempre que publiques y me lo permitas... :)
    Besos y salud

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    Respuestas
    1. Gracias, Genín! Gracias! Es un placer y un honor que me visites. Otro beso.

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  2. Hola Vero!!! Que placer encontrarme con tus letras, siempre honestas y con esa voz fresca que tu tienes. Me encanta tu reflexion, me encanta tu mantra, me encanta ese optimismo que irradias. Te deseo que florezcas con impetu y colorido! Un abrazote!

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  3. Leo! Ímpetu y colorido son palabras que acompañan muy bien mi mantra. Gracias! Un abrazote.

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  4. No está mal tomarse un tiempo para uno mismo, es bueno saber que de nuevo vuelves a retomar lo que a muchos es el único lugar donde nos encontramos con nosotros mismos, ese rincón donde luego de jornadas de muchas actividades podemos expresarnos con suma libertad. Bienvenida !!!

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