septiembre 25, 2011

Lluvia y sopa de pollo

Siempre me ha fascinado el clima lluvioso, en especial cuando es domingo por la tarde y estoy en la casa. Es la 1:00 pm, pero parecen las 6:30 pm, entonces prendo la lamparita de la sala, me acuesto en el sofá más cómodo y seductor del planeta y veo hacia la ventana para ver caer la lluvia desde ahí. Los árboles y las plantas tienen una fiesta y dejan que el agua se deslice por sus hojas. Hasta me parece oírlos exclamar ¡Ahhhh¡, porque la verdad es que el calor no ha estado muy soportable por estos lares.

No vayan a creer que esta foto es mía


Cuando escucho la lluvia, y me siento abrigada y a salvo, me da como una emoción suavecita en el espíritu. Entonces me provoca ver una buena película (si es vieja mejor) o escribir. Esta vez opté por lo segundo.

Una vez que termina de llover, me gusta el olor a tierra mojada que queda en el ambiente. Lástima que hoy no va a poder ser posible porque tengo gripe y mi sentido del olfato está suspendido hasta nuevo aviso. Por cierto, mi esposo amado está cocinando una sopa de pollo que debe oler y saber a gloria celestial, pero hoy me conformo con que sólo me alivie la peste.

Bien... aquí seguiré en mi sofá deleitándome con el ruido de la lluvia… ojalá dure un buen rato más.

À bientôt!

3 comentarios:

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