septiembre 18, 2011

Aprendiz de payasa de hospital


Dar es un verbo corto y menos complejo de lo que uno cree. Es tan simple como la unión de sus tres letras. Lo que me ha demostrado mi corta experiencia como payasa de hospital es que lo que ganamos es enorme.

Recuerdo que hace un año, cuando empecé el voluntariado, hice mi primera visita en el área de oncología infantil del Hospital Militar de Caracas. Las manos me sudaban, mis latidos del corazón los escuchaba el de al lado y no era capaz de pensar serenamente. Pero una vez entré a la habitación de Carlos, un niño bellísimo, todo se me pasó. ¿El secreto? Dejar que las ganas de alegrarle la vida se apoderaran de mí. Verlo reír fue el regalo del día.

Quienes sientan curiosidad, deseos de participar o intención de colaborar con esta causa, les recomiendo la Fundación Doctoras y Doctores de la Piñata. Búsquenlo por ese mismo nombre en Facebook, o entren en el link de su página web que está aquí en mi blog.


Les juro que esta es una de las experiencias más hermosas y plenas que acumularé en esta vida. Dar, un verbo corto que nos retorna grandes satisfacciones.

2 comentarios:

  1. Hija de los temas que has escrito el que mas me ha conmovido es el de la actividad tan noble de Payasita de Hospital. Ciertamente es necesario atesorar y guardar en nuestros corazones y en nuestras mentes sensibilidad y sentimientos tan profundamente abonados en el amor,en la solidaridad,en la bondad para arrullar en el regazo de nuestros corazones a esos seres tan puros,indefensos y de férrea Fé en Dios. Eres un estandarte donde se izan las banderas del Amor. Te quiere mucho, Apito

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  2. Gracias por tu comentario papito bello! Yo también te quiero mucho.

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