La decisión de dejar atrás la historia que vive y que sigue ahí, alrededor, y a los seres que amo profundamente, fue una noticia compleja que le di a mi corazón hace más de dos años. Tuve que tender fuertes puentes entre él y la razón para que ambos se visitaran con frecuencia, hablaran, se entendieran. Al final, hubo más equilibrio del que creí. Lo supe porque cada paso que iba dando hacia la meta, corto o largo, se sentía seguro, confiado, satisfactorio.
Así, el tiempo fue un buen acompañante. A veces fui yo más veloz que él, pero aprendí que él es sapiencia, es serenidad. Comprendí que en la lucha por hacerlo correr sólo hay desgaste. Ahora sé que sí es verdad que hay una orquesta celestial que compone música para mí, y que cada compás, cada nota, cada silencio está dispuesto para que suene con armonía para mis oídos, en mi vida y para mi alma. Ahora me detengo y miro. Disfruto, contemplo, aprecio, vivo. Pero sobre todo, confío.
Ya aquí, continúo con mi historia y los seres que tanto amo. Están conmigo y sigo protegida por su amor en la distancia. Cada respiro de tranquilidad los recompensa, cada sonrisa de alegría los complace, cada paisaje que observo los revive, cada pequeño logro los hace celebrar en grande. La fuerza inmensa que hoy me sostiene y todo lo que por dentro me guía, lo es gracias a ellos.
Y soy aún más afortunada porque he abierto mis brazos y he alzado la mirada hacia el mundo maravilloso que Él creó para todos. Su obra es perfecta y yo quiero saborearla. Mi riqueza crece porque estoy sumando afectos, viviendo entre culturas diferentes, estoy ampliándome, y sólo estoy tomando lo bueno.
La nostalgia pasajera, el apego del contacto y el valor infinito de cada recuerdo me hacen sentir más humana, más frágil a veces, pero también más valiente. Al final, el hogar está donde uno decide que esté. Está junto a mi esposo amado. Nuestro hogar está hoy en Montréal.
Mucho que ganar, y mucho que dar. Gracias a la Providencia por tanto.
P.D. La foto de este post es cortesía de Javi. Vean mucho más de su portafolio en: 500px.com/jpphotographe
Bienvenida a Canadá y toda la fuerza y el entusiasmo para los primeros meses que son un torbellino. Saludos.
ResponderEliminarGracias Ale por tu ánimo!
EliminarMe encantó este post Vero! Un besote para Uds....
ResponderEliminarUn beso para ustedes también Yoli!!!!!!!
EliminarQue bellas palabras, besos y abrazos de nosotros para ustedes. Felicidades!
ResponderEliminarGracias por escribir Naty! Un abrazo para ustedes también.
EliminarFelicitaciones por tu nuevo hogar, Vero, y gracias por pasar por el mío virtual. Este verano, tal vez pasemos por Montreal con mis hijos y mi suegra. Si vamos, ¿nos podemos encontrar? Tengo ganas de un encuentro bloguero.
ResponderEliminarHola!!! Pero claro que me encantaría estar en ese encuentro bloguero. Luego te paso en privado mis datos para contactarnos. Un abrazo.
EliminarHola Vero, pasaste hace unos días por mi blog y dejaste allí un comentario, una huella para poder seguirte. Y aquí estoy. Es precioso tu blog, me gusta el nombre La esquina azul, será que me gustan las esquinas y me gusta el color azul o que cuando pienso en esquinas las veo azules o amarillas según mi estado anímico, pero lo cierto es que me gusta el nombre y también el contenido del blog y el modo de ir contando este momento de tu vida.
ResponderEliminarAsí que aquí me tendrás cada vez que pueda, tendiendo un puente, como el de la hermosa foto que subiste.
Saludos!!
Gracias Pato por tus palabras! Un placer tenerte por aquí. Ahora somos testigos de nuestros mundos interiores.
EliminarSaludos!!!