Esto fue lo que encontramos Javi y yo hace un par de días…
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Le Marché Public du 18e siècle. Fotos: Javier Picco http://500px.com/jpphotographe |
Artesanos, agricultores y músicos colmaron ciertas calles de galantería, buenas maneras, romanticismo y simplicidad. Ellos miraban, hablaban y ofrecían sus productos como a la vieja usanza. Cada detalle absolutamente cuidado. Cada metro al caminar cargado de credibilidad. Estábamos en 1750. Fue un viaje adorable. De verdad esta ciudad se esmera en hacerse querer.
Para mí, que soy una apasionada por la historia, asistir al Marché Public du 18e siècle fue una experiencia que me llenó de una energía especial. Verme envuelta en ese ambiente tan verosímil del siglo XVIII, en tiempos de la Nouvelle-France (Nueva Francia), lo que provocó en mí fue un profundo deseo de haber pertenecido en cuerpo a esa época, porque de alma ya poseo más de lo que desearía (les digo que lidiar con este espíritu romántico en el mundo de hoy es todo un reto).
Y hablando de historia, voy a contarles por qué existe esta aplaudible tradición en Montreal.
Resulta que esta urbe -la segunda económicamente más importante del país- fue fundada en 1642 y pertenece a Québec, provincia donde nació Canadá como territorio colonizado, en principio por el otrora Reino de Francia. Eso explica por qué a esas tierras las llamaban en aquel entonces la Nouvelle-France. Posteriormente dominaron las fuerzas británicas y, a la vuelta del tiempo y de muchos avatares, se terminó constituyendo la llamada Confederación Canadiense en 1867.
En ese marco, Québec ha conservado en su inconsciente colectivo su singular legado francés. Lo atesora y lo defiende porque se traduce en su esencia y su identidad como población. Preservar su lengua originaria y sus tradiciones es garantizar su coherencia y continuidad. Es responder a la necesidad de defender esta única e importante zona francófona en América del Norte.
Para quienes no han estado en Montreal, me permito precisar que, si bien somos parte de Québec, esta ciudad es bilingüe. No obstante, sólo con poner un pie del otro lado del río Saint-Laurent uno se encontrará en un medio de habla francesa casi al ciento por ciento.
Así entonces, le Marché Public du 18e siècle -realizado anualmente desde hace 20 años- junto con otras actividades gratuitas, se encarga de mantener en agenda, de recordar y de sembrar especialmente en nosotros los “nuevos” que hay una historia detrás que explica tanto, que entusiasma a muchos, y que infunde respeto y hasta una linda pertenencia incipiente hacia esta hermosa provincia de esta gran nación.
A seguir caminando tus esquinas Montreal. Sé que seguiré cayendo rendida de amor.
El tiempo de Dios es perfecto!!! Estás en el lugar en donde puedes dejar volar tu espíritu romántico !!! Y es que esa hermosa ciudad te brinda las condiciones para enriquecer tu imaginación y plasmarla en las letras, para que todos podamos disfrutarlas !!! La delicadeza con que narras esa historia hace que me sienta de esa época !!!
ResponderEliminarAdelante !!!
Gracias por tu comentario mamita bella !! Te amo.
ResponderEliminarHola Vero,
ResponderEliminarAdoro Montreal, mi esposo y yo vamos cada dos anos a ver la ROgers Cup. Que suerte tienes de disfrutarla y beberte tu cocktail de simplicidad. Calgary, tambien tiene su encanto. Sabes que tu blog se parece en estilo creo, el mio, momentos magicos y para encontrarlos solo basta estar atenta.
Besote!
Hola Natalia. Un honor que me leas. Tienes razón, yo también creo que en estilo, nuestros blogs se parecen.
ResponderEliminarNos seguimos leyendo!!!
Un beso.