"Suzy" de Edwin Holgate |
Ella ya no pudo más. La asfixia se le subió a la mirada. Ya que importa si se le nota. Es la turbulencia que atraviesa su corazón desde hace meses, y que pretende hacerla despertar del letargo mientras aún tiene tiempo. Es la ilusa y posible recompensa de poder volar aún más alto y liberar la presión volcánica que siente en su piel y que ella insiste en ocultar a pesar de la implosión que le hace cerrar los ojos. Porque ellos siempre la delatan.
La cabeza gacha, la soledad en sus brazos, la tardía respuesta a sus urgencias, la compasión que necesita. Cómo es que llegó a ese punto. Cómo se puede pasar la vida bajo el efecto de esa anestesia que es la estabilidad y la costumbre. Cuánto coraje hace falta para liberarse e ir tras lo desconocido. Quizás más del que hoy siente. Probablemente lo suficiente cuando despierte y vea de nuevo al sol. O a lo mejor nada luego de que la razón le vuelva a tender la trampa…
¡Que genial! Una gran verdad de la vida de la clase media, sin apuros... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Así Genín. Cuánta valentía hace falta para vivir intensamente... Un abrazo!
ResponderEliminarMuy interesante reflexion. Me recordo un cuento antiguo, de una muneca que se deshizo de tanto sonreir...Un interesante viaje este... vivir...
EliminarUn abrazote
Y qué sería de este viaje sin las letras y el arte! Un beso grande, Leo.
ResponderEliminarEl viaje hacia la pasión desconocida es el gran dilema en el cual nos debatimos en la vida. Nuestro corazón como brioso corcel desea volar a campo traviesa, debatiendo con la conciencia, pero aceptando que es necesario tomar decisiones erradas para llegar al sitio deseado.
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