enero 06, 2014
Palabras que sostienen
Hay palabras que sostienen. Que se los digo yo. Hay momentos de la vida que nos llevan a amarrarnos a la fuerza del verbo y a la necesidad de crear realidades a partir de la energía de nuestros pensamientos. Así me sucedió hace un año, por estos mismos días. Me encontraba yo en el proceso de comprender qué era lo que el camino me estaba proponiendo y hacia dónde me estaba invitando a virar la dirección. Había señales por doquier, y todo parecía indicar que era el momento de un cambio en el plano profesional. Como si el sólo hecho de haber llegado un año antes a recomenzar una vida desde cero no era suficiente cambio. En fin, todo lo que yo les pueda contar que se moviliza por dentro y por fuera, se quedará siempre corto.
Romper con la continuidad, con lo seguro, supone un ejercicio de valentía y autoconfianza. Es arrojarse a explorar, en mi caso llevada por el poder de la intuición, de quien por cierto me he hecho muy amiga. Un proceso algo dicotómico para una persona tan racional y analítica como yo. Y es que justamente el balance de toda esa carga pesada y estructurada me lo da una sola palabra; la más irracional de todas: Fe.
Fe en la Divinidad, que me cobija y acompaña. Fe en mí, y en mi capacidad de crecer y responder ante los grandes retos. Porque además pareciera que la facilidad y yo somos incompatibles, por lo que lo retador y exigente es lo que siempre llega a mi vida ¿Quizás porque lo atraigo? Sí, quizás. Y fue “fe” la palabra que fijé en mi mente y en mi corazón, y que decidí que me guiaría en especial en un 2013 tan incierto en sus inicios.
Entregarme casi a ciegas a mi fe fue absolutamente liberador. Yo continué trabajando duro, como siempre, pero con una certeza inexplicable de que todo saldría bien, a pesar de no entender cómo. Así fue que transcurrieron doce meses fugaces, algunos agridulces, que acabaron en un fin de año de total satisfacción y con una creencia más fortalecida. Abrí mis brazos, cerré mis ojos, caminé sin dudar y con entusiasmo, me dejé llevar por mi sabia voz interior, me deshice (al menos por un rato) de mi necesidad de controlar. Me sentí plena. Comprendí de manera profunda y consciente que la forma más feliz de hacer el camino, es andando. Es fluyendo.
De esta manera, esta comunicadora que les escribe se está formando y echando sólidas bases para emprender y trabajar en el campo de la edición literaria. Nuevos talentos puestos en marcha, nuevos conocimientos, nuevas ilusiones. Porque al final la vida está hecha para eso; para experimentar, probar y jamás dejar de autoconocerse. Es así como se aviva nuestra llama interior y se logra un estado de constante alegría y satisfacción. La clave es estar conectados con nosotros mismos.
Este año, sin jamás abandonar mi fe, he elegido “visualización” como palabra guía. Tengo escenas de los logros de este 2014 en mi cabeza. Son esas imágenes las que también me levantan cada mañana y hacen que el esfuerzo tenga mucho sentido y sea placentero. Los frutos se verán en el tiempo perfecto, y será muy gratificante saborearlos.
¡Feliz 2014 para todos!
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Verito!!!! Que espectacular!!! Mucho éxito en esta nueva etapa!!! Muack!!
ResponderEliminarGracias Giova querida, por leerme y por siempre estar ahí! Besos.
Eliminar¡Feliz año!
ResponderEliminarBesos y salud
Gracias, Genín! Igualmente para ti. Un gran abrazo.
EliminarDel 30 de agosto 2013 al 06 de enero de 2014 hay mucho tiempo esperando leer noticias nuevas en este blog ...!!!! Bienvenida de nuevo ... Feliz año 2014
ResponderEliminarUn honor que mis humildes relatos sean extrañados. ¡Feliz año!
EliminarHola Vero
ResponderEliminarQue bonita reflexion has compartido, sobre todo para empezar el an~o! Te deseo todo el exito del mundo en todo lo que emprendas! Tienes mucha serenidad y fuerza interior. Un fuerte abrazo!
Hola, Leo! Gracias por tus buenos deseos. Que así sea. Un gran abrazo de vuelta!
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